HESURMET S.A
viernes, 22 de enero de 2010
Multitudinario acto final de la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia
Luego de recorrer 200.000 kilómetros, el equipo internacional de la Marcha Mundial llegó el 2 de enero al Parque de Estudio y Reflexión Punta de Vacas, un paraje cordillerano situado en la frontera entre Argentina y Chile.
Cerca de 20.000 personas escucharon a los representantes de la Marcha Mundial de Chile, Argentina, India, Italia, Filipinas, España e Inglaterra, que recorrieron el globo pidiendo por el desarme.
Esta primera Marcha ha sido “la mayor manifestación sobre la Paz y la No Violencia de la historia y la primera a escala planetaria”, expresaron sus organizadores. En el evento hablaron los activistas que recorrieron el mundo difundiendo los postulados de la campaña. A las 18 comenzó su testimonio Rafael De la Rubia: “Esta marcha es un efecto demostración, adelanto de otras grandes acciones transformadoras de la humanidad”, dijo el portavoz internacional de esta iniciativa.
En la marcha han participado cientos de miles de personas, más de tres mil organizaciones y un grupo de casi cien marchantes, integrantes de equipos base que realizaron distintos recorridos: intercontinental, Medio Oriente y Balcanes y África Suroriental. En su trayecto, pasaron por más de 400 ciudades, 90 países y se han recorrido cerca de 200.000 kilómetros durante 93 días.
En el recorrido fueron recibidos por el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon; por Premios Nobel, presidentes de gobiernos, parlamentos y cientos de alcaldes.
Pero el reconocimiento también ha sido popular: dos casos ilustrativos fueron los casi ochenta mil jóvenes que recibieron al Equipo Base Intercontinental en un concierto de música en Chile y doce mil escolares en Filipinas, entre tantos otros eventos masivos.
Respecto al día a día de los marchantes, los alojamientos han sido algunos confortables, otros bastante austeros: monasterios budistas, casas improvisadas; hasta en un refugio antiatómico han dormido los marchantes. Han tenido amenazas de tsunami, terremotos, tifones y marchado con temperaturas de 40 grados y a bajo cero.
En el recorrido se han encontrado con gente sin casa por tifones en Filipinas; hibakushas sobrevivientes de la bomba de Hiroshima; millones de familias rotas por guerras en Corea o Palestina. Han visitado numerosos monumentos a los millones de muertos en guerras de Europa y Asia; lugares donde se practicó la tortura; fronteras conflictivas entre India y Pakistán; Israel y Palestina; los Balcanes; en Tijuana, la frontera de Estados Unidos y Méjico. Han visto niños trabajando en Asia, África y América; mujeres maltratadas por todo el mundo.
(…) Pasadas las 19.30, cuando ya bajaba el sol sobre las montañas de la cordillera de los Andes, el acto finalizó con el saludo de “paz, fuerza y alegría” de todos los asistentes.
Nota enviada el sábado 9 de enero por Mara Gaitán. Está sintetizada.
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