VILLAVERDE INTENTA EL REGRESO
En el lanzamiento de su lista partidaria, el ex intendente aseguró que él nunca se fue de Almirante Brown. Reivindicó la tarea realizada en el distrito bajo su conducción y criticó al actual gobierno municipal. También habló de un “autoatentado” de Giustozzi, y de los que pasaron al otro bando dijo que “lo que se compra, se vende”.
El viernes 22 de julio, en
Más allá del acto, este medio habló con el jefe político de “la lista de Raimundo”.
Línea Roca.- ¿Está lanzando esta lista, esta nueva propuesta, para volver en Almirante Brown?
Jorge Villaverde.- Sí, Daniel Raimundo va como candidato a intendente y yo voy para senador provincial, pero estoy trabajando en un proyecto nacional con Eduardo Duhalde.
L. R.- ¿Ud. fue uno de los que convenció a Duhalde para ser candidato a presidente?
J. V.- No… Lo convencieron sus convicciones, el amor a la patria y su compromiso como militante.
L. R.- ¿Por qué Daniel Raimundo como intendente y no usted nuevamente?
J. V.- Porque Daniel Raimundo es un compañero nativo del lugar, con toda una vida en Alte. Brown, con una trayectoria en el deporte, en la vida pública. Él empezó como agente municipal y terminó siendo Secretario de Transporte –muy integrado a este proyecto municipal– y muchas compañeras y compañeros lo veíamos como el candidato, así que estamos muy contentos de tener un candidato como Daniel.
L. R.- ¿Que la actual gestión se diga que en Alte. Brown hubo 20 años de atraso, y que recién ahora están haciendo un cambio, ¿qué le genera?
J. V.- No, nada… El que trabaja para su comunidad no está pensando en las palabras. Al contrario, ellos hacen eventos en el Polideportivo Municipal y esto se hizo en la gestión anterior.
L. R.- Que parte de los funcionarios de Giustozzi hayan sido asesores suyos, militantes suyos, hasta quizá mano derecha suya, ¿usted lo siente como una traición?
J. V.- No, yo de ninguna manera. Es decir, el que se compra se vende. Yo primero de los militantes no tengo que decir absolutamente nada; hay muchos trabajadores municipales que nos van a votar, que tienen miedo de venir porque los tienen amenazados. Es decir: abrimos dos locales y en los dos locales ponen cámaras de seguridad para ver si va algún empleado municipal o no sé qué diablo, pero ellos nos dicen que nos van a acompañar, así que yo del trabajador y el militante no tengo nada que decir, y por un par de funcionarios… A cada uno lo juzga su conciencia.
L. R.- Gente como Adriana Reja, el ‘Pato’ Doldán, estaban muy allegados a usted…
J. V.- Y les dieron un cargo y se fueron a otro lado, así que yo no puedo rendir cuentas; en tal caso pregúntele a ellos, porque nunca me dijeron que se fueron tampoco. Yo no dejé nunca de trabajar políticamente, entonces yo no tengo y no puedo contestar estas cosas porque no sé qué decirle. Si hubiéramos tenido alguna diferencia política o ideológica sí, pero no sé, eso lo tiene que preguntar del otro lado. Pero a mí no me afecta, porque uno tiene la tranquilidad interior. En la vida uno comete errores, se puede equivocar, pero lo que no puede es vender sus principios, sus convicciones, sus valores, y después que uno esté en un lado o en otro lado, eso tampoco afecta en nada y a uno no le da ningún tipo de fastidio. Le puede dar fastidio si alguien habla, porque yo no puedo estar muchos años al lado de alguien y después criticarlo; si lo critico lo critico de frente. Pero después, que estén en otro lado, a mí no me afecta en absoluto. Es decir, esto para mí es pasión, para mí la política, como los valores, no tienen precio. Los valores son valores. Yo sigo militando, sigo trabajando; acá recién lo decían los chicos: apenas se levantó la veda política puse el local, y nunca dejé de tener un local.
L. R.- ¿Le dieron ganas de decir no sigo más? Porque al principio se dijo –después de la elección que perdió– que usted se había ido a Europa, a San Luis, que estuvo enfermo, internado, que no iba a seguir más…
J. V.- Todas mentiras, yo vivo en el mismo lugar. Yo nací acá y vivo en el mismo lugar. Entonces, cuando alguien dice que estoy viviendo en otro lado, que venga a mi casa… Yo ando por Adrogué, ando por Calzada, ando por Burzaco, ando por todos lados… Entonces uno se tiene que cerciorar si es periodista…
L. R.- Un día Ud. me cortó por teléfono en la radio y me quedé enojada, fastidiada, y dije: no lo voy a entrevistar más, porque debe estar enojado, molesto con Carlos Cambiella…
J. V.- No, no, no… Yo no suelo cortar el teléfono, a no ser ante una insolencia. Sino no tengo ese tipo de problemas. Pero todo lo que se dijo que me fui a otro lado son mentiras; nunca me mudé de lugar, nunca tuve problemas y le vuelvo a decir: vivo en la misma casa, tengo mi estudio, mi unidad básica, mi club, en el que las autoridades municipales con el intendente a la cabeza se quisieron quedar con el club, digamos, para otros fines. Defiendo esas cosas y después, yo no peleo… Uno en las elecciones compite, pero pensando que el otro es un adversario. Pero todo es la misma calumnia, es mentir que no estoy más. Pero la mentira más grave –que pasa de mentira– fue cuando se dijo que el peronismo lo quería matar, e hicieron toda una parodia, utilizaron empleados municipales, muchos de los cuales encontraron su arrepentimiento que fueron usados, así que los problemas son de aquéllos para los cuales en la vida todo tiene precio y no tiene valor de nada, uno tiene que ser fiel a sus principios, a sus convicciones y mantener los valores.
(Reportaje realizado por Karina Cambiella)
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