HESURMET S.A

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martes, 15 de noviembre de 2011


Con amenazas e insultos,
Moreno le ganó una pulseada a Clarín

El secretario de Comercio Interior logró que George Soros se retire definitivamente del proyecto para construir una represa arrocera en Corrientes junto al vicepresidente del multimedios José Aranda. El manejo discrecional de los permisos de exportación como arma para torcer voluntades empresariales y el plan B que evalúa el magnate húngaro.

(La Política Online).- “Decíle al húngaro de mierda que renuncie ya mismo al proyecto de Aranda si no quiere tener problemas”. Con esta frase el secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno, logró que el empresario George Soros se retire definitivamente de una millonaria inversión que encabezaba junto al vicepresidente de Clarín para la construcción de una represa con destino a la producción de arroz en la provincia de Corrientes. 

Es que la orden de Cristina fue clara: encomendó a Moreno impedir la inversión en la represa arrocera que representaría jugosos negocios para el directivo del grupo mediático y para las empresas que participaban de la operación, entre las cuales se encontraba la firma Adecoagro, propiedad del magnate húngaro. 
Y Moreno, a su manera, después de varias batallas con los empresarios y hasta con el Gobierno correntino logró su objetivo, quizá desconociendo de manera completa los daños colaterales que la decisión trae para una de las provincias con mayor índice de pobreza e inversión privada del país. 

Pero, más allá de los clásicos aprietes de Moreno, ¿por qué motivos un empresario de la talla de Soros dio el brazo a torcer?, fue una de las consultas realizadas por La Política Online a directivos de Adecoagro y a otras fuentes conocedoras del tema, que prefirieron, por razones obvias, no revelar su identidad. 
Todas las respuestas de las fuentes consultadas se basaron en que el secretario de Comercio tiene en su poder un arma que, en caso de utilizarla, puede poner en riesgo el futuro económico de la compañía dedicada a la producción de cereales, oleaginosas, lácteos, azúcar, etanol, café y algodón, con presencia en Argentina, Brasil y Uruguay. 
Esto ocurre porque Moreno sigue manejando de manera discrecional los permisos de exportación (los famosos ROEs) a través de la Unidad de Coordinación y Evaluación de Subsidios al Consumo Interno (UCESCI) que dirige el joven kirchnerista Lisandro Tanzi, un hombre de su estrecha confianza.
De esta forma, Soros -que había diseñado una estrategia para distraer la atención de Moreno y seguir al frente del a inversión- decidió finalmente ceder ante el funcionario y retirarse de manera irrevocable de la Unión Transitoria de Empresas (UTE) que lidera el proyecto Ayuí Grande.

Como sea, las idas y vueltas en la frustrada operación generaron un alto grado de malestar en Soros, que ahora habría manifestado a sus socios extranjeros la intención de focalizar sus inversiones en Uruguay y Brasil para evitar los malos tragos que le está haciendo pasar Moreno. 
Sin embargo, los directivos argentinos de Adecoagro tienen un plan B y ahora esperan la aprobación de su jefe inversionista. En este sentido, la idea sería desarrollar un proyecto arrocero propio en Corrientes, de menor tamaño, independiente de la iniciativa que intentaron conformar hasta hace muy poco con el vice de Clarín.

El mega-emprendimiento de Aranda

El Proyecto Ayuí Grande tiene como finalidad la producción de alimentos, –arroz, granos y carne– por medio de la construcción de una represa, ubicada sobre el Arroyo Ayuí Grande, que permita la conformación de un lago de unas 7900 hectáreas.
El emprendimiento aspira a aprovechar unas 77.000 hectáreas de suelos productivos, localizados en el departamento correntino de Mercedes, para generar alrededor de 450 empleos directos y 1200 indirectos, según estimaciones de la UTE.

Ahora, las empresas que quedaron conformando la UTE (“Proyecto Productivo Represa Ayuí Grande”) son Copra S.A., Tupantuva S.A., Santa Clara y Yuquerí S.A. y Estancia Ñú Verá.

A partir de la retirada de Adecoagro por presión de Moreno, las demás firmas no sólo están buscando la manera de suplir la falta de dinero que esa ausencia generará, sino que ahora también temen posibles represalias por parte del Gobierno al estar asociados a Aranda. 
Por tal motivo, la polémica en torno al proyecto promete seguir latente dado el tinte político que adquirió el tema.

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