(Por Florencia Retamoso – Concejal Bloque GEN – Distrito Alte. Brown)
Sea por broma, por idiotez o debido a un intento frustrado de perpetrar un hecho delictivo, las pedradas que lesionaron a un menor de edad que partía rumbo a sus vacaciones en micro desde Glew, son una muestra más de la inseguridad en que vivimos y de la desidia municipal para evitar que estos hechos sucedan.
Sobre la ruta 210, en pleno partido de Almirante Brown, un micro de la empresa Master Bus fue apedreado al paso por una veintena de personas que hicieron explotar sus ventanas, provocándole la fractura de cráneo a un chico que, gracias a Dios y al desempeño de los médicos, está fuera de peligro.
Éste es un típico caso testigo de cómo fallan los controles a todo nivel. Por un lado, es sabido que los ómnibus de doble altura son extremadamente peligrosos en función de su estabilidad y, por el otro, que el control policial sobre la vía pública resulta insuficiente o es prácticamente nulo.
Se ha dicho que los agresores fueron un grupo desprendido del corso que, en un demente intento por demostrar puntería y “heroísmo”, casi provoca una tragedia irreparable. Si esto fuera cierto, no sólo han fallado los controles nacionales en atención a la aplicación de la normativa sobre la seguridad de los micros de transporte de pasajeros, y también la policía que no alcanzó a impedir el hecho ni pudo llegar a tiempo para identificar a los bandidos, sino concomitantemente la autoridad municipal encargada de proveer seguridad a los corsos y velar para que los festejos populares no generen desmanes o “excesos”.
Los programas municipales diseñados para reforzar la seguridad no deben limitarse exclusivamente a resguardar las zonas céntricas de Almirante Brown. Quienes se preocupan exclusivamente por brindarle seguridad a Burzaco o Adrogué están, de hecho, consagrando la existencia de ciudadanos de segunda.
Todos somos iguales en Almirante Brown. Todos tenemos los mismos derechos. Parece ser que esto lo comprenden las mayorías excepto las máximas autoridades municipales que discriminan, privilegiando a unas zonas sobre otras.
Glew forma tanta parte de nuestro distrito como el centro de la ciudad. Sus vecinos tienen las mismas -o inclusive- peores angustias que las que tienen la fortuna de vivir cerca de la zona céntrica.
Hoy un chico de 13 años salvó su vida de milagro, pero igual una familia quedó lastimada. Lastimada por la falta de previsión imperante y por la ausencia de una tutela segura que el Estado, en todos sus niveles, debe asegurarnos a todos y a todas.
Concejala: Florencia Retamoso
Bloque GEN
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