Los rebeldes libios celebraban hoy que "ganaron la batalla" tras haber tomado el control del cuartel general de Muammar Kaddafi en Trípoli, luego de más de dos días de intensos combates en la capital del país árabe, aunque no encontraron rastro del mandatario ni de sus hijos.
"Hemos ganado la batalla militar. Huyeron como ratas", declaró Abdelhakim Belhaj en directo a la cadena árabe Al Jazeera desde Bab al Aziziya, poco después de su caída en manos de los rebeldes.
"Bab al Aziziya está completamente bajo nuestro control, el coronel Kaddafi y sus hijos no estaban en el lugar", afirmó el coronel Ahmed Omar Bani en Bengazi, la capital rebelde en el este del país.
"Nadie sabe dónde están", añadió Bani en alusión a Kaddafi, mientras en la capital libia se registran fuertes combates en los alrededores de Bab al Aziziya, el complejo residencial de Muammar Kaddafi.
Los rebeldes libios festejaron la toma de la propiedad con tiros al aire, cantaron y clamaron "Dios es grande", mientras otros hacían sonar la bocina de sus coches.
Entretanto, ascendían columnas de humo negro desde el enorme complejo de Bab al Aziziya, de unos seis kilómetros cuadrados.
"Hay amplias celebraciones por toda la capital", señaló una portavoz de los rebeldes, citado por la agencia de noticias DPA.
Las imágenes mostraron a los rebeldes frente a la vivienda de Kaddafi, donde el líder solía dar sus discursos. Asimismo, se vio cómo destruían una estatua del mandatario libio y pateaban la cabeza del monumento.
Los combatientes se llevaron las armas que dejaron las fuerzas de Kaddafi, reportó la cadena catarí Al Jazeera.
Previamente, intentaron derribar una estatua que aplasta un avión con una mano de oro.
Este monumento recuerda la caída de un avión durante el bombardeo de Estados Unidos a Trípoli del 14 de abril de 1986, con Ronald Regan como presidente. El raid descargó sesenta toneladas de bombas, concentradas en la residencia de Kaddafi, pero algunas dieron en áreas civiles.
Combatientes leales a Kaddafi atrincherados en la residencia dejaron de resistir, señalaron los rebeldes. Las unidades del régimen se dieron a la fuga y algunos efectivos se entregaron a los insurgentes, añadieron. En el asalto perdieron la vida doce rebeldes, según estas fuentes.
De momento continúa sin estar claro el paradero del líder. Si hubiera estado en Bab al Aziziya, sería posible que hubiera escapado por el sistema de búnkers y túneles, señalaron analistas.
Desde el ingreso de los rebeldes a Trípoli, ya hubo más de 2.000 muertos, según datos de la insurgencia.
"Bab al Aziziya está completamente bajo nuestro control, el coronel Kaddafi y sus hijos no estaban en el lugar", afirmó el coronel Ahmed Omar Bani en Bengazi, la capital rebelde en el este del país.
"Nadie sabe dónde están", añadió Bani en alusión a Kaddafi, mientras en la capital libia se registran fuertes combates en los alrededores de Bab al Aziziya, el complejo residencial de Muammar Kaddafi.
Los rebeldes libios festejaron la toma de la propiedad con tiros al aire, cantaron y clamaron "Dios es grande", mientras otros hacían sonar la bocina de sus coches.
Entretanto, ascendían columnas de humo negro desde el enorme complejo de Bab al Aziziya, de unos seis kilómetros cuadrados.
"Hay amplias celebraciones por toda la capital", señaló una portavoz de los rebeldes, citado por la agencia de noticias DPA.
Las imágenes mostraron a los rebeldes frente a la vivienda de Kaddafi, donde el líder solía dar sus discursos. Asimismo, se vio cómo destruían una estatua del mandatario libio y pateaban la cabeza del monumento.
Los combatientes se llevaron las armas que dejaron las fuerzas de Kaddafi, reportó la cadena catarí Al Jazeera.
Previamente, intentaron derribar una estatua que aplasta un avión con una mano de oro.
Este monumento recuerda la caída de un avión durante el bombardeo de Estados Unidos a Trípoli del 14 de abril de 1986, con Ronald Regan como presidente. El raid descargó sesenta toneladas de bombas, concentradas en la residencia de Kaddafi, pero algunas dieron en áreas civiles.
Combatientes leales a Kaddafi atrincherados en la residencia dejaron de resistir, señalaron los rebeldes. Las unidades del régimen se dieron a la fuga y algunos efectivos se entregaron a los insurgentes, añadieron. En el asalto perdieron la vida doce rebeldes, según estas fuentes.
De momento continúa sin estar claro el paradero del líder. Si hubiera estado en Bab al Aziziya, sería posible que hubiera escapado por el sistema de búnkers y túneles, señalaron analistas.
Desde el ingreso de los rebeldes a Trípoli, ya hubo más de 2.000 muertos, según datos de la insurgencia.
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