HESURMET S.A

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jueves, 30 de junio de 2011

Jueves 30 de junio de 2011

Llegan las boletas de gas a los

hogares con fuertes aumentos

El alza obedece a que fueron emitidas antes de junio, cuando aún no rigen los subsidios a la importación

(Francisco Olivera, LA NACION).- La diferencia puede marcarla una nueva estufa, agregada en la casa entre un año y otro. Puede entonces el usuario de gas subir de categoría de consumidor y ser víctima de una extravagancia energética: la Argentina no ha modificado sustancialmente desde 2001 sus tarifas domiciliarias, pero importa el gas cinco veces más caro que el precio local y eso impacta en las facturas. Algunas de ellas, que corresponden al bimestre abril-mayo, llegan con aumentos de hasta el 100%.

Las compañías distribuidoras admiten la situación. Como el subsidio aplicado por el Gobierno para atenuar estos efectos rige entre junio y septiembre, hay que mirar a Bolivia, o a los buques regasificadores que llegan desde todo el mundo a Bahía Blanca y a Escobar, para encontrar las razones del encarecimiento. Ese gas importado se paga a un costo de entre 7 y 10 dólares el millón de BTU (unidad de medida de la industria) según el caso, y contrasta con los no más de 2 dólares que cobran empresas como Metrogas o Gas Natural Fenosa por venderlo en el área metropolitana. Es el camino que ha elegido el país para evitar tarifazos: este año, si se proyectan todos los subsidios energéticos que se aportaron en el primer trimestre, según la consultora ASAP, el Estado destinará más de US$ 10.000 millones.

Claudio J. está molesto. Casi no hay amigo o compañero de trabajo que no se haya enterado de los entretelones de su factura de Metrogas. Había pagado 251,21 pesos en el mismo lapso (abril-mayo) del año pasado y $ 286,93 en 2009, pero ya fueron $ 430,36 la semana pasada. A pesar de que esa distribuidora no aplica alzas residenciales desde hace diez años, Claudio fue alcanzado por el decreto 2067, que fijó en 2008 una tabla de aumentos progresivos para sostener la importación de gas.

Hay, con todo, diferencias de fondo entre estos incrementos y los que se aplican en otras partes del mundo o se aplicaban tradicionalmente en la Argentina: esta vez no existe siquiera el consuelo de que se está incentivando entre las petroleras la exploración de hidrocarburos en el país. No por nada la producción de gas cae ininterrumpidamente desde 2003.

Las distribuidoras de gas emiten facturas todos los días. Es complicado, por lo tanto, precisar a cuántos usuarios afectan los nuevos aumentos. Se sabe que el subsidio rige en un 100% entre junio y julio y en un 70% entre agosto y septiembre. Pero como la facturación no cierra los primeros días de cada mes para todos, es normal que el lapso medido para un usuario incluya los consumos de una porción de un mes subsidiado y un segmento de otro mes sin aportes del Estado. Es la razón por la que los más expuestos sean quienes reciben las facturas que abarcan del 1° de abril al 31 de mayo: son dos meses con pleno precio libre. En la cuenta total, a fin de año, todo estará equiparado: todos los clientes tendrán dos meses completos subsidiados con el 100% y dos con el 70 por ciento.

El decreto 2067 excluye del pago de la importación a todos aquellos cuyos consumos estén por debajo de los 1000 m3 por año. En el primer lugar de la escala de perjudicados, un hogar de entre 1001 y 1250 m3 anuales debería estar conformado, según las distribuidoras, por hasta seis personas. Puede tener cocina, comedor, sala de estar, tres dormitorios, un calefón y tres estufas de 3000 kcal/h. Pero el problema se complica en los consorcios, donde el consumo general excede largamente los 1000 m3. Se divide, en ese caso, la demanda por la cantidad de departamentos: si cada uno excede los 1000 m3, todos pagan la importación. Más vale, si uno ahorra, no tener vecinos que gasten demasiado.

La escala ideada por el Gobierno prevé que cuanto más se consuma más se pague. Así, el valor del metro cúbico varía de acuerdo con la demanda: entre 0,05 pesos (para el sector de 1001 a 1250 m3 anuales) y 0,24 pesos (para más de 1800 m3).

Apenas aplicado este esquema, el Gobierno se topó con innumerables presentaciones de usuarios y asociaciones de consumidores en la Justicia contra los ajustes, muchas de las cuales derivaron en recursos de amparo que dejaron la medida en suspenso. Así, quien quiera evitar los cargos de importación puede pagar personalmente en la sede de la distribuidora, donde se le facturará sólo la tarifa clásica. Sin embargo, ante la ausencia de sentencia firme al respecto, la situación podría empeorar si en el futuro, tras otra medida judicial, el cliente recibe, todos juntos, los pagos postergados durante todo este tiempo. Una movida cuyo desenlace es incierto.

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