El 27 de agosto de 2009 se cumplió un año del fallecimiento de Oscar Melián, un muy buen tipo que cultivaba como vocación la plástica y la literatura. Su trabajo comercial también era artístico, porque en los frentes y carteles comerciales que pintaba como letrista, también exteriorizaba el arte que anidaba naturalmente en su esencia.
En más de cincuenta años junto a su familia en Longchamps, Oscar –tanguero e hincha de Atlanta– se ganó el afecto y el respeto de todos los que lo conocieron. Por eso este recuerdo afectuoso que tanta gente compartirá.
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