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miércoles, 7 de diciembre de 2011


Miércoles 7 de diciembre de 2011

Un juramento no positivo

(Por Nicolás Márquez).- No nos interesa aquí defender a Julio Cobos de la agresión de la que fue objeto por el kirchnerismo. Él sabía con que gente se metía y juntaba cuando decidió transfuguear del radicalismo al kirchnerismo acompañando a Cristina en la fórmula presidencial del 2007. Vale decir, esta nota no tiene por objeto abogar a favor del tembloroso dirigente en cuestión sino de las formas republicanas.

En efecto, durante estas últimas semanas arreció un fuerte ataque para que el actual Vicepresidente y Presidente del Senado no tomase juramento a las personas de Cristina Kirchner y Amado Boudou para la asunción del renovado mandato que comienza el sábado 10 de diciembre del corriente.

El Senador ultrakirchnerista Miguel Ángel Pichetto estimó que Cobos no debería estar presente en la jura de Cristina.
El concheto Amado Boudou señaló que no le “gustaría” que Cobos le tome juramento a él como vicepresidente.
Numerosos empresarios de La Cámpora amenazaron con ir a escrachar al mendocino si “osa tomar juramento” en la ceremonia.
Si Cobos va a prestar juramento a Cristina “la va a pasar mal” amedrentó la ex Montonera Diana Conti.
“Que Cobos se vaya a la puta que lo parió” dijo solemnemente el camarada Horacio Verbitsky.
En suma, el kirchnerismo todavía no asumió su tercer mandato y ya se muestran patoteros hasta en el protocolo.

Finalmente, de manera forzada, el kirchnerismo aceptó con resignación que Cobos le tome juramento a Cristina Kirchner. ¿Cuál fue el argumento que hizo desistir al régimen de pretender aplazar a Cobos de la ceremonia?  No otro que la letra estricta de la Constitución Nacional:

“Art. 93.- Al tomar posesión de su cargo el presidente y vicepresidente prestarán juramento, en manos del presidente del Senado y ante el Congreso reunido en Asamblea”.

Aunque a estas alturas no debería sorprendernos, vale subrayar una vez mas lo dificultoso que es para los peronistas y los izquierdistas (valga la redundancia) respetar el Estado de Derecho incluso hasta en los formalismos domésticos más intrascendentes.

Sin embargo, en esta ocasión, aunque pataleando, amenazando y refunfuñando aceptaron al fin cumplir la normativa prevista al efecto. ¿Por qué razón depusieron su capricho?  Pues porque el evento de este sábado trata tan solo de una gala administrativa, en la cual no hay en juego plata, ni negociados, ni tampoco fetiches ideológicos de peso.

La Prensa Popular | Edición 68 | Miércoles 7/12/11

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