Sábado 1 de octubre de 2011
El perfil de Mameluco, el capo narco de
San Martín envuelto en el caso Candela
Fue condenado a 12 años de prisión en 2004 por liderar una banda narco que operaba en la Villa 18 de Septiembre de San Martín, fue liberado en 2009 e incursionó en la política. Pero en agosto, el fiscal federal de San Martín, Jorge Sica, pidió su detención por una causa de narcotráfico.
Desde el penal de Ezeiza dijo que conocía al presunto autor intelectual del homicidio de Candela y la familia pidió que declare en la causa.
(Online-911).- En 2009, tras 9 años prisión, Miguel Ángel "Mameluco" Villalba dejó el penal y trató de mantener un bajo perfil. Volvió a su casa de Ezeiza con su familia, lejos de su San Martín natal, donde se había convertido en leyenda por crear un imperio narco que funcionaba como una empresa aceitada.
Mameluco había sido detenido en 2001 y en 2004 un Tribunal Oral Federal de San Martín lo condenó a 12 años de prisión como organizador y financista de una banda de narcotraficantes.
Cuando fue liberado, no podía pisar la villa 18 de Septiembre (Billinghurst) por orden de la Justicia e hizo "base" en su lavadero "Estilo", ubicado en pleno centro de San Martín, donde se reunía con viejos amigos de la zona que lo cuidaban celosamente y estudiaban cada persona que pisaba el local. Villalba siempre tuvo claro que desde que salió de la cárcel, era vigilado constantemente por las fuerzas de seguridad, dijeron sus allegados a Online-911.
Mameluco intentó mantener el perfil bajo, pero no lo logró: con cualquier crimen o delito cometido en San Martín vinculado al narcotráfico, irremediablemente, se escucha su nombre.
Primero, fue el homicidio de Edgardo Kleyer el 18 de julio de 2009, un joven de 19 años, que perdió la vida acribillado por soldados del narcotráfico en la villa 9 de Julio. El crimen generó gran malestar entre los vecinos que "reventaron" las casas donde los narcos guardaban armas y droga.
Fue entonces que se conoció la identidad de quienes disputaban el control de la villa: el capo narco Gerardo Goncebat (quien falleció este año) y Carlos "El Negro" Gómez, jefe de una peligrosa banda de delincuentes.
La guerra por el territorio terminó el 3 de septiembre de ese año con un impresionante tiroteo (la policía encontró 300 vainas en el lugar), algunos muertos, heridos y un policía implicado: Claudio "El Orejón" Britez, más conocido en la villa como "El Cheto", hermano de "Cartucho", un dealer.
Con su nombre envuelto en el homicidio y en la guerra narco, Mameluco, preocupado por su imagen, dejó su hermetismo y enfrentó las acusaciones. En esa oportunidad, aseguró que había dejado el narcotráfico y que no quería problemas.
Se trató de sus primeras apariciones mediáticas. Así, el peligroso narco se convirtió en un hombre que se había equivocado y que deseaba tener una vida normal. Incluso, se dedicó a organizar comparsas en un club de la zona.
Sin embargo, a Mameluco le gustó la exposición y detectó que su presencia funcionaba como imán para la gente en los barrios humildes de San Martín. Creó "Compromiso Federal", su propia fuerza política.
La idea de presentarse como candidato a intendente parecía más una broma que una posibilidad real, pero, de a poco -y luego de la curiosidad de la prensa- los políticos locales, opositores y oficialistas, comenzaron a tomarlo en serio.
Él es uno de los pocos hombres que pueden caminar las calles de tierra y surcar los pasillos sin sentirse amenazado. Sus allegados siempre dan cuenta de la "generosidad" de su jefe que daba dinero en efectivo a algunas de las personas que se le acercaban. Algo parco, cierto carisma de antihéroe lo acompañó en su ascenso político.
Sin embargo, la carrera política de Villalba tuvo un abrupto final cuando el fiscal federal Jorge Sica pidió su detención en agosto último y el juez Juan Manuel Yalj lo concedió. Mameluco logró mantenerse prófugo (investigan si contó con la ayuda de policías) por un mes hasta que fue atrapado en San Martín.
Pese a que sus abogados Diego Storto (también representante de Mario Vitettete Sillanes, cerebro del Robo del Siglo) y Francisco Chiarelli (abogado del mejicano Martínez Espinosa, procesado por la ruta de la efedrina) niegan su participación en la organización delictiva, la etapa de instrucción finalizó y esperan la elevación a juicio oral, indicaron fuentes judiciales a Online-911.
Otra vez, Villalba está acusado de liderar una banda de narcotraficantes y fue alojado en el penal de Ezeiza desde donde opinó del caso Candela y reveló que conocía "de nombre" a varios de los hombres mencionados en la causa, entre ellos, al padre de la nena asesinada, Alfredo Rodríguez y al presunto autor intelectual, Héctor "el Topo" Moreira.
La reacción fue la obvia y Fernando Burlando pidió que declarare como testigo en el caso Candela.
A varios kilómetros de Buenos Aires, en Olavarría, un condenado a reclusión perpetua por el homicidio mafioso de Marcos Alonso, lo señaló como el encargado de llevar "cargamentos" de cocaína desde San Martín a Olavarría.
Mameluco había sido detenido en 2001 y en 2004 un Tribunal Oral Federal de San Martín lo condenó a 12 años de prisión como organizador y financista de una banda de narcotraficantes.
Cuando fue liberado, no podía pisar la villa 18 de Septiembre (Billinghurst) por orden de la Justicia e hizo "base" en su lavadero "Estilo", ubicado en pleno centro de San Martín, donde se reunía con viejos amigos de la zona que lo cuidaban celosamente y estudiaban cada persona que pisaba el local. Villalba siempre tuvo claro que desde que salió de la cárcel, era vigilado constantemente por las fuerzas de seguridad, dijeron sus allegados a Online-911.
Mameluco intentó mantener el perfil bajo, pero no lo logró: con cualquier crimen o delito cometido en San Martín vinculado al narcotráfico, irremediablemente, se escucha su nombre.
Primero, fue el homicidio de Edgardo Kleyer el 18 de julio de 2009, un joven de 19 años, que perdió la vida acribillado por soldados del narcotráfico en la villa 9 de Julio. El crimen generó gran malestar entre los vecinos que "reventaron" las casas donde los narcos guardaban armas y droga.
Fue entonces que se conoció la identidad de quienes disputaban el control de la villa: el capo narco Gerardo Goncebat (quien falleció este año) y Carlos "El Negro" Gómez, jefe de una peligrosa banda de delincuentes.
La guerra por el territorio terminó el 3 de septiembre de ese año con un impresionante tiroteo (la policía encontró 300 vainas en el lugar), algunos muertos, heridos y un policía implicado: Claudio "El Orejón" Britez, más conocido en la villa como "El Cheto", hermano de "Cartucho", un dealer.
Con su nombre envuelto en el homicidio y en la guerra narco, Mameluco, preocupado por su imagen, dejó su hermetismo y enfrentó las acusaciones. En esa oportunidad, aseguró que había dejado el narcotráfico y que no quería problemas.
Se trató de sus primeras apariciones mediáticas. Así, el peligroso narco se convirtió en un hombre que se había equivocado y que deseaba tener una vida normal. Incluso, se dedicó a organizar comparsas en un club de la zona.
Sin embargo, a Mameluco le gustó la exposición y detectó que su presencia funcionaba como imán para la gente en los barrios humildes de San Martín. Creó "Compromiso Federal", su propia fuerza política.
La idea de presentarse como candidato a intendente parecía más una broma que una posibilidad real, pero, de a poco -y luego de la curiosidad de la prensa- los políticos locales, opositores y oficialistas, comenzaron a tomarlo en serio.
Él es uno de los pocos hombres que pueden caminar las calles de tierra y surcar los pasillos sin sentirse amenazado. Sus allegados siempre dan cuenta de la "generosidad" de su jefe que daba dinero en efectivo a algunas de las personas que se le acercaban. Algo parco, cierto carisma de antihéroe lo acompañó en su ascenso político.
Sin embargo, la carrera política de Villalba tuvo un abrupto final cuando el fiscal federal Jorge Sica pidió su detención en agosto último y el juez Juan Manuel Yalj lo concedió. Mameluco logró mantenerse prófugo (investigan si contó con la ayuda de policías) por un mes hasta que fue atrapado en San Martín.
Pese a que sus abogados Diego Storto (también representante de Mario Vitettete Sillanes, cerebro del Robo del Siglo) y Francisco Chiarelli (abogado del mejicano Martínez Espinosa, procesado por la ruta de la efedrina) niegan su participación en la organización delictiva, la etapa de instrucción finalizó y esperan la elevación a juicio oral, indicaron fuentes judiciales a Online-911.
Otra vez, Villalba está acusado de liderar una banda de narcotraficantes y fue alojado en el penal de Ezeiza desde donde opinó del caso Candela y reveló que conocía "de nombre" a varios de los hombres mencionados en la causa, entre ellos, al padre de la nena asesinada, Alfredo Rodríguez y al presunto autor intelectual, Héctor "el Topo" Moreira.
La reacción fue la obvia y Fernando Burlando pidió que declarare como testigo en el caso Candela.
A varios kilómetros de Buenos Aires, en Olavarría, un condenado a reclusión perpetua por el homicidio mafioso de Marcos Alonso, lo señaló como el encargado de llevar "cargamentos" de cocaína desde San Martín a Olavarría.
Contra su voluntad, no parece haber otra alternativa: a Mameluco los problemas se le pegan como moscas a la miel.
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