Cronología sintética de una historia de alas y patas

Cronología sintética de una historia de alas y patas

9 de abril de 1904: El Lomas Jockey Club inaugura un hipódromo en Lomas de Zamora. 13 de enero de 1908: Se funda el Aéreo Club Argentino. 1909: La Municipalidad de Lomas rescinde la autorización para el funcionamiento del hipódromo lomense, por lo que la empresa hípica compra 160 hectáreas en una zona intermedia entre Burzaco y Glew, donde levanta su nuevo hipódromo, al que bautizan Longchamps. (Como el de Francia, pero agregándole la s final). 22 de diciembre de 1909: El Ferrocarril Sud acepta el pedido del Lomas Jockey Club, de construir una estación, para lo cual solicita la aprobación del Director General de Ferrocarriles. 8 de enero de 1910: Llega a Buenos Aires el aviador francés Henri Bregi. 6 de febrero de 1910: Bregi vuela por primera vez en Longchamps y en Sudamérica. El Ferrocarril del Sud pone un servicio especial de trenes a Villa Longchamps. Ese mismo año, Bregi pone una escuela de aviación, la cual dura poco. 4 de marzo de 1910: El ministro de Obras Públicas aprueba la construcción de la estación. 31 de marzo de 1910: El Ministerio de Obras Públicas le impone a la misma el nombre de Longchamps. 10 de agosto de 1910: Se habilita la nueva estación Longchamps. 26 de agosto de 1910: Se realiza la última reunión hípica en Lomas de Zamora. 5 de septiembre de 1910: Se inaugura oficialmente el hipódromo longchanense, delimitado por las actuales calles Bolívar, Avda. Chiesa, Los Studs y Sarmiento. 1 de enero de 1913: Comienza a regir una ley que prohíbe las carreras hípicas en los días hábiles. 3 de febrero de 1913: A raíz de un mal fallo, y luego de una gresca, apostadores enfurecidos incendian el Hipódromo de Longchamps, el cual queda completamente destruido. 24 de marzo de 1914: Con los 100.000 pesos del seguro cobrados por el incendio, el Lomas Jockey Club inaugura un hipódromo de Témperley. Pero en 1927, una ley provincial prohíbe los hipódromos en su jurisdicción, con lo cual concluye una etapa histórica del turf. 18 de abril de 1915: Se inaugura en Longchamps la segunda escuela de aviación, dirigida por Carlos Obligado, Juan Romanella y Jacobo Storti. 14 de enero de 1917: Henri Bregi muere en la primera guerra mundial, al caer con su avión al mar cuando perseguía a un submarino alemán. Febrero de 1921: Bajo la dirección del instructor de vuelo Sr. Brenner, se establece una nueva escuela (ya no había) y aeródromo en Longchamps. Octubre de 1922: La Escuela Militar de El Palomar envía a un grupo de soldados a desarmar los hangares del aeródromo. Se termina una historia que pudo ser distinta. La Iglesia de Longchamps (203 palabras) Síntesis cronológica de los comienzos de la Iglesia Nuestra Señora de Luján. 16 de octubre de 1931: Se forma la primera Comisión de Damas Pro Templo de Longchamps, presidida por la Sra. María Arias de Lascano. 17 de diciembre de 1932: Se coloca la piedra fundamental del templo, en la manzana delimitada por las calles Belgrano, Gobernador Arias, Bolívar y Alsina. 21 de diciembre de 1940: Primer casamiento. Contraen enlace Paulino Carlos Tamola y Rosaura Amanda Rivera. 1941: Concluye la construcción del templo. 11 de enero de 1941: Se realiza el segundo matrimonio. Los contrayentes son Antonio Bosisio y Dora María Vola. 2 de agosto de 1941: Tercer matrimonio. La feliz pareja la integran Roberto Lombardi y Nélida Angélica Aldegheri. 14 de septiembre de 1941: Es traída la imagen de Nuestra Señora de Luján, en una carreta tirada por bueyes. El primer sacerdote fue el Padre Joaquín Cufari. 29 de junio de 1941: Primer bautismo. Fue para la niña María Elena Gusetti. 13 de julio de 1941: Bautizan a Beatriz Susana Donay y Alicia Susana Ricardo. 5 de abril de 1953: El templo es elevado a la categoría de Parroquia. El primer Párroco es el Reverendo Padre Julio Mancabelli. Longchamps, un sentimiento Si bien aún no ha logrado la trascendencia provincial, nacional, e incluso internacional que podría suponerse por su primer vuelo, Longchamps mantiene firme su carácter de Cuna de la Aviación Civil Sudamericana (como lo bautizara Eduardo García), con la esperanza de que esta condición sea finalmente reconocida en todos los niveles। La importancia de esta distinción, como también de la vieja fama de su incinerado hipódromo, radica en que ello lo diferencia de otras localidades, dándole una característica propia। Los pueblos como Longchamps tienen, en general, muchas similitudes en sus orígenes, por lo que casi necesitan de alguna circunstancia que los identifique especialmente. Nuestra localidad posee esa identidad por sus antecedentes aéreos, además de la reminiscencia hípica. (Coincidentemente con el día de su aniversario –10 de agosto– se celebra el Día de la Fuerza Aérea, aunque sólo sea eso, una coincidencia.) El cumpleaños de Longchamps bien podría festejarse el 6 de febrero, fecha en la cual se produjo el famoso vuelo de Henri Bregi, pero ello no modificaría la historia; acaso le pondría un toque de justicia cronológica. El ocaso de la aviación local y el final ígneo del hipódromo marcaron otro rumbo para el pueblo que surgía. Jamás podremos saber qué hubiera sido de él si se hubieran mantenido una o ambas actividades, pero seguramente nuestra ciudad sería diferente de lo que es ahora. El trabajo de los habitantes pioneros, desde Emilio Burgwardt como representante máximo de esa época, hasta los más humildes fomentistas que lo sucedieron, señaló un camino que fue recorrido por otras generaciones, creando una conciencia vecinal que ayudó al modesto crecimiento del pueblo. Pero en la actualidad, aquella forma pura, optimista y sacrificada de trabajar comunitariamente, ha variado notoriamente, para dar paso a una mixtura de intenciones que no siempre se corresponden con el desinteresado trabajo de los pioneros. En el amplio arco que abarca a quienes ejercen labores vecinales, existe gente que entrega su tiempo y su esfuerzo para una mejor calidad de su hábitat, y también están los que utilizan el medio como un peldaño para subir una previsible escalera. Pero más allá de intereses contrapuestos y de los obstáculos que a veces aparecen, Longchamps tiene un caudal humano que alimenta las esperanzas de un real progreso. Carlos Cambiella