LA PATOTA DE AL MENOS 20 PERSONAS INGRESÓ ESTA MADRUGADA A
LA REDACCIÓN DE ESE SEMANARIO, UBICADA EN EL BARRIO PORTEÑO DE COLEGIALES, Y
DESTROZÓ LAS INSTALACIONES DONDE FUNCIONA LA COOPERATIVA QUE GESTIONA LA PUBLICACIÓN.
Una patota de al menos 20 personas, encabezada por el
empresario Mariano Martínez Rojas, ingresó esta madrugada a la redacción del
semanario Tiempo Argentino, ubicada en el barrio porteño de Colegiales, y
destrozó las instalaciones donde funciona la cooperativa que gestiona la
publicación.
"Pasada la medianoche, un grupo encabezado por Martínez
Rojas ingresó al edificio por Radio América y rompió la puerta que comunica la
emisora con nosotros. Aquí estaban tres compañeros que fueron agredidos y
obligados a salir", explicó a Télam Javier Borelli, presidente de la
Cooperativa Por Más Tiempo, que desde abril gestiona la publicación del
semanario.
En diálogo por Télam Radio, el presidente de la cooperativa
“Por Más Tiempo”, Javier Borrelli, se refirió al violento intento de desalojo a
los trabajadores de Tiempo Argentino y Radio América que contó con la
protección de la Policía Federal.
En conferencia de prensa, el periodista explicó que
"estos tres compañeros estaban aquí porque desde que comenzó el conflicto
tras el no pago de nuestros salarios y el vaciamiento de la empresa, el
Ministerio de Trabajo nos encomendó formalmente la guarda del lugar y de los
bienes inmuebles".
Desde la calle, los tres miembros de la cooperativa se
comunicaron con sus compañeros al tiempo que fueron a realizar la denuncia a la
seccional 31 de la Policía Federal.
"La policía llegó hasta el lugar y se quedó en la
puerta. Varios compañeros comenzamos a llegar y a pedir que ingresaran, les
mostramos los papeles donde consta que el Ministerio nos había designado
garantes de las instalaciones, pero el subcomisario nos decía que la fiscalía
le había ordenado no ingresar", indicó Borelli.
Hacia las 3, la cantidad de personas agolpadas en la puerta
de Amenabar 23 hizo presión suficiente como para que la policía aceptara
ingresar.
"Una vez adentro, los integrantes de la patota
comenzaron a tirarnos con el contenido de los matafuegos y botellas de
vidrio", relató por su parte María Laura Palumbo, diseñadora de la
publicación e integrante de la cooperativa.
Borelli indicó que "había aquí unas 16 personas. Otras
se habían escapado por los techos vecinos, rompiendo los vidrios del último
piso. A pesar de ese escenario, la policía indicó que la fiscalía le había dado
la orden de no detener a nadie".
Y continuó: "El subcomisario hizo un acta donde
registró los nombres de los que estaban adentro y les dijo que se retiraran.
Martínez Rojas encima quería negociar que también nos fuéramos nosotros. Por
suerte estaba la abogada María del Carmen Verdú, quien logró que la fiscalía
permitiera a los trabajadores quedarse en el edificio".
Por su parte, fuentes de la Fiscalía Penal, Contravencional
y de Faltas N° 6, a cargo de Verónica Andrade, informaron a Télam que "no
se ordenó la detención de las personas que estaban adentro porque se trata de
un delito excarcelable".
Indicaron que “tanto Mariano Martínez Rojas como el resto de
las personas que lo acompañaban fueron imputados por los delitos de usurpación
y daños" y que en el transcurso de las 48 horas deberán presentarse ante
la fiscalía.
Entre el polvo de los escombros, alimentos no perecederos
que se habían recolectado, sillas y escritorios caídos, cableados arrancados y
CPU destrozados y candados violentados, deambulaban esta mañana redactores,
fotógrafos, diseñadores, pero también colegas de todos los medios, y
representantes de organizaciones sociales, políticas y sindicales que no
cesaban de acercar su solidaridad.
"Es importante destacar que esta patota no vino a robar
monitores o computadoras. Vino a destruir el diario, de hecho, los peores
destrozos los sufrimos en el área de sistemas, donde rompieron el cableado para
impedir la conectividad, buscan aislarnos", detalló Borelli.
En diciembre pasado los trabajadores de Tiempo Argentino,
uno de los medios del Grupo 23 perteneciente a Matías Garfunkel y Sergio
Szpolski, dejaron de percibir sus salarios y la propia patronal bloqueó la
impresión del diario.
Pocos meses después, se difundió que el empresario correntino
Mariano Martínez Rojas había comprado Tiempo Argentino y Radio América, que
funciona también en Amenabar 23.
"Nosotros nunca hemos visto ningún papel que demuestre
esa operación. Tampoco nos han pagado los salarios adeudados ni se abonaron las
deudas con proveedores que tenía Tiempo. Es más, el propio Martínez Rojas frenó
la impresión del diario en su momento", recordó por su parte Gustavo
Cirelli, director de la publicación.
"El 11 de junio, bajo la misma modalidad que vimos hoy,
una patota con Martínez Rojas a la cabeza ingresó en la planta transmisora de
radio América, que está en Villa Lugano y cortó la transmisión", describió
por su parte Andrea Recupero, trabajadora de Radio América, quien informó que
desde entonces la radio sale online por www.1190america.com.
Cirelli destacó, además, que "este hecho no tiene nada
que ver con el pedido de desalojo por parte de los propietarios del inmueble,
quienes accionaron contra la empresa de Martínez Rojas por el no pago del
alquiler y le rescindieron el contrato".
En abril los trabajadores de Tiempo conformaron una
cooperativa de trabajo y volvieron a poner la publicación en la calle cada
domingo con una tirada de casi 30.000 ejemplares.
"Queremos dejar en claro que ninguna patota va a poder
contra la voluntad de más de 120 trabajadores. Mañana vamos a sacar un diario
de emergencia, vamos a publicar el especial que habíamos preparado por el
bicentenario y el domingo vamos a estar en la calle, como hace más de dos meses
que estamos", concluyó Borelli.
No hay comentarios:
Publicar un comentario