Al menos en tres oportunidades, pero sin éxito, enviados del
gobierno anterior quisieron hacerse de los bienes del ex presidente.
Codiciada históricamente por el peronismo, durante el
kirchnerismo hubo al menos tres intentos por hacerse de la herencia de Juan
Domingo Perón, un rico patrimonio cuya gran parte custodia Mario Rotundo.
El última intentó lo encabezó el obispo Rubén Héctor Di
Monte, como publica hoy LA NACION. El fallecido obispo solía tejer una relación
muy estrecha con el kirchnerismo y dirigía el monasterio de General Rodríguez
que eligió el ex secretario de Obras Públicas José López para lanzar casi 9
millones de dólares.
Mario Rotundo fue colaborador de Perón durante los últimos
años de su exilio en Madrid y su heredero. Dirige la Fundación por la Paz y la
Amistad de los Pueblos (Funpaz), a quien la viuda de Perón, María Estela
Martínez, le donó todos los bienes muebles de la familia.
La herencia de Perón siempre fue un botín de guerra para el
peronismo. Tal es el valor para el acervo nacional que desde el Partido
Justicialista siempre se consideró la posibilidad de que el Congreso de la
Nación dictara una ley para recuperar los bienes del ex presidente y así crear
un museo en su recuerdo. Nunca nada de esto prosperó. Tampoco los intentos
kirchneristas.
El primer enviado kirchnerista para adquirir la herencia fue
Juan Bontempo, en 2009 subcoordinador de Asuntos Técnicos de la Unidad
Presidente de Presidencia de la Nación. Mantuvo nueve reuniones en la Casa
Rosada con el heredero. Se iba a cerrar el acuerdo por unos 25 millones de
dólares, pero la derrota de Néstor Kirchner ante Francisco de Narváez en las
elecciones legislativas suspendió la operación.
En 2010 fue Ricardo Barreiro, conocido como "el
jardinero" de la familia Kirchner, quien se acercó a Rotundo. Lo hizo a
través de una amiga en común, la periodista Mónica D'Assisi. La reunión fue el
4 de mayo, día en el que Kirchner había logrado el respaldo para ser elegido
secretario general de la Unasur. La negociación también naufragó por decisión
del ex presidente.
El obispo Di Monte encabezó la última avanzada. Enviado por
el gobierno de Cristina Kirchner, ofertó comprar el patrimonio de Perón por 100
millones de dólares, aunque para cerrar la operación exigía la devolución de 70
millones. Hubo dos reuniones, la última unos meses antes de la muerte de
Kirchner. Di Monte presionó por cerrar la operación, pero Rotundo se negó.
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