LA PRESIDENTA DE BRASIL RECIBIÓ UN DURO GOLPE CON EL AVAL
DE LOS DIPUTADOS PARA QUE SEA ENJUICIADA POR IRREGULARIDADES
PRESUPUESTARIAS, INSTANCIA QUE AHORA DEBERÁ DECIDIR EL SENADO.
MIENTRAS LOS LEGISLADORES VIVIERON LA VOTACIÓN COMO UN PARTIDO
DE FÚTBOL, HUBO TENSIÓN EN LAS CALLES.
La cámara baja alcanzó los 342 votos necesarios -equivalentes a dos tercios de los 513 integrantes del cuerpo- a las 23.10, cuando se llevaban cerca de cinco horas y media de una votación en la que cada diputado dispuso de 30 segundos para emitir su voto y argumentarlo.
Entonces se registraban 127 votos contra el impeachment (juicio político), seis abstenciones y dos diputados ausentes, y faltaban llamar a votar a 36 legisladores.
En ese momento, miles de personas salieron a las calles a festejar y otros miles denunciaban "golpe de estado".
Ahora el trámite pasará al Senado, que tendrá plazo hasta el 11 de mayo para aceptar por mayoría simple la recomendación de la cámara baja.
En ese caso, Rousseff deberá apartarse de su cargo por 180 días, hasta la votación del veredicto -en el que la declaración de culpabilidad y la consiguiente destitución precisará dos tercios de los senadores-, y mientras tanto asumirá el vicepresidente Michel Temer, quien pasó a la oposición.
La batalla política de la crisis que se arrastra hace un año en Brasil ha sido vencida por Temer y su socio, el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, ambos del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), primeros en la línea de sucesión en caso de que el Senado aparte a la mandataria.
Es la segunda vez que un presidente es sometido en el Senado a un juicio político, luego de Fernando Collor de Mello en 1992, a quien se le adjudicó el delito de corrupción, pero para Rousseff el delito imputado de gestión fue haber violado la ley de responsabilidad fiscal.
Los votos de los diputados estuvieron marcados por la pasión y no faltaron los perfiles de muchos opositores que pedían el voto por sus esposas, familias, Dios, Jesús y hasta hubo un diputado, Wladimir Costa, que lanzó papel picado.
"Que Dios tenga misericordia de Brasil, voto sí", dijo Cunha, en el voto más simbólico y poderoso de la tarde, ya que el fue quien en diciembre aceptó el pedido de impedimento de la magistrada y se convirtió en el principal colector de votos, junto con Temer, contra Rousseff.
"Voto por el golpe militar de 1964 y por los torturadores de Dilma Rousseff", bramó por su parte Jair Bolsonaro, el principal emergente de las manifestaciones opositoras, que cuenta con ocho por ciento de intención de voto, del Partido Social Cristiano. Bolsonaro felicitó a Cunha por "haber entrado en la historia de Brasil".
Cunha fue con Temer el más repudiado por el oficialismo, que lo llamó "jefe y subjefe de la conspiración", como Rousseff la semana pasada, sobre todo porque el titular de la cámara baja está procesado por cobrar sobornos en Suiza por parte de empresas que hicieron contratos con Petrobras.
"Esto es un golpe de Estado, no hubo crimen de responsabilidad en la acusación que se le inventó a Dilma", dijo Rubens Pereira,d el Partido Comunista do Brasil (PCdoB), uno de los pocos que atacó los argumentos del informe del relator Jovair Arantes, que acusó a Rousseff de violar la ley de responsabilidad fiscal.
Jean Willys, del Partido Socialismo y Libertad, votó por el no luego de Bolsonaro y afirmó: "Estoy avergonzado de participar de esta sesión qeu es una farsa contra una mujer honesta, una sesión conducida por un ladrón como usted, Cunha, apoyada por cobardes y torturadores"
Rousseff y el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva siguieron en el Palacio del Planalto (sede del gobierno) la votación y, según interlocutores, quedaron decepcionados por los votos a favor del impeachment de integrantes de partidos que fueron aliados del gobierno hace la última semana.
Desde el oficialista Partido de los Trabajadores (PT) surgen ahora señales de resistencia en el Senado ya que no quieren permitir la asunción de Temer, por lo que se espera un intento de convocar a nuevas elecciones.
En las calles, en las manifestaciones del PT, que habían sido mayores en todo el país, hubo decepción mientras en las concentraciones opositoras se festebaja como si Brasil hubiera ganado una copa del mundo. "Fuera PT, Fuera PT", gritaban los militantes, que agradecían a Cunha.
Temer, cuando la votación iba 259 a 83, divulgó una fotografía, sonriendo, mirando la televisión, en su despacho del Palacio de Jaburú, con un clima de victoria.
"Hubo muchas traiciones", admitió el diputado oficialista Orlando SIlva.
Mientras tanto, líderes del PT ya planifican para desactivar el juicio en el Senado, dominado por el PDMB de Temer, evitar la asunción del vicepresidente y llamar a un plebiscito para acortar su mandato y votar elecciones nuevas en octubre próximo.
El diputado Paulo Pimenta adelantó que "la lucha contra el golpe se dará en las calles y en el Supremo Tribunal Federal" (STF, corte suprema).
Los opositores festejaron el último voto con la canción "Oh Soy Brasileño/con mucho orgullo, con mucho amor", usada para los partidos de la selección.
Entonces se registraban 127 votos contra el impeachment (juicio político), seis abstenciones y dos diputados ausentes, y faltaban llamar a votar a 36 legisladores.
En ese momento, miles de personas salieron a las calles a festejar y otros miles denunciaban "golpe de estado".
Ahora el trámite pasará al Senado, que tendrá plazo hasta el 11 de mayo para aceptar por mayoría simple la recomendación de la cámara baja.
En ese caso, Rousseff deberá apartarse de su cargo por 180 días, hasta la votación del veredicto -en el que la declaración de culpabilidad y la consiguiente destitución precisará dos tercios de los senadores-, y mientras tanto asumirá el vicepresidente Michel Temer, quien pasó a la oposición.
La batalla política de la crisis que se arrastra hace un año en Brasil ha sido vencida por Temer y su socio, el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, ambos del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), primeros en la línea de sucesión en caso de que el Senado aparte a la mandataria.
Es la segunda vez que un presidente es sometido en el Senado a un juicio político, luego de Fernando Collor de Mello en 1992, a quien se le adjudicó el delito de corrupción, pero para Rousseff el delito imputado de gestión fue haber violado la ley de responsabilidad fiscal.
Los votos de los diputados estuvieron marcados por la pasión y no faltaron los perfiles de muchos opositores que pedían el voto por sus esposas, familias, Dios, Jesús y hasta hubo un diputado, Wladimir Costa, que lanzó papel picado.
"Que Dios tenga misericordia de Brasil, voto sí", dijo Cunha, en el voto más simbólico y poderoso de la tarde, ya que el fue quien en diciembre aceptó el pedido de impedimento de la magistrada y se convirtió en el principal colector de votos, junto con Temer, contra Rousseff.
"Voto por el golpe militar de 1964 y por los torturadores de Dilma Rousseff", bramó por su parte Jair Bolsonaro, el principal emergente de las manifestaciones opositoras, que cuenta con ocho por ciento de intención de voto, del Partido Social Cristiano. Bolsonaro felicitó a Cunha por "haber entrado en la historia de Brasil".
Cunha fue con Temer el más repudiado por el oficialismo, que lo llamó "jefe y subjefe de la conspiración", como Rousseff la semana pasada, sobre todo porque el titular de la cámara baja está procesado por cobrar sobornos en Suiza por parte de empresas que hicieron contratos con Petrobras.
"Esto es un golpe de Estado, no hubo crimen de responsabilidad en la acusación que se le inventó a Dilma", dijo Rubens Pereira,d el Partido Comunista do Brasil (PCdoB), uno de los pocos que atacó los argumentos del informe del relator Jovair Arantes, que acusó a Rousseff de violar la ley de responsabilidad fiscal.
Jean Willys, del Partido Socialismo y Libertad, votó por el no luego de Bolsonaro y afirmó: "Estoy avergonzado de participar de esta sesión qeu es una farsa contra una mujer honesta, una sesión conducida por un ladrón como usted, Cunha, apoyada por cobardes y torturadores"
Rousseff y el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva siguieron en el Palacio del Planalto (sede del gobierno) la votación y, según interlocutores, quedaron decepcionados por los votos a favor del impeachment de integrantes de partidos que fueron aliados del gobierno hace la última semana.
Desde el oficialista Partido de los Trabajadores (PT) surgen ahora señales de resistencia en el Senado ya que no quieren permitir la asunción de Temer, por lo que se espera un intento de convocar a nuevas elecciones.
En las calles, en las manifestaciones del PT, que habían sido mayores en todo el país, hubo decepción mientras en las concentraciones opositoras se festebaja como si Brasil hubiera ganado una copa del mundo. "Fuera PT, Fuera PT", gritaban los militantes, que agradecían a Cunha.
Temer, cuando la votación iba 259 a 83, divulgó una fotografía, sonriendo, mirando la televisión, en su despacho del Palacio de Jaburú, con un clima de victoria.
"Hubo muchas traiciones", admitió el diputado oficialista Orlando SIlva.
Mientras tanto, líderes del PT ya planifican para desactivar el juicio en el Senado, dominado por el PDMB de Temer, evitar la asunción del vicepresidente y llamar a un plebiscito para acortar su mandato y votar elecciones nuevas en octubre próximo.
El diputado Paulo Pimenta adelantó que "la lucha contra el golpe se dará en las calles y en el Supremo Tribunal Federal" (STF, corte suprema).
Los opositores festejaron el último voto con la canción "Oh Soy Brasileño/con mucho orgullo, con mucho amor", usada para los partidos de la selección.
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