Auspiciosa
rectificación
Es saludable la decisión de la Armada de
anular la injusta sanción al capitán
Toulemonde por dichos de su esposa.
(Lanacion.com).- Inesperadamente,
la Armada ha
anulado la sanción que le había impuesto al capitán de fragata Marcelo
Toulemonde, quien había sido pasado a retiro por no "controlar a su esposa",
quien durante un acto encabezado por la Presidenta había citado, a gritos, al coronel
Argentino del Valle Larrabure, secuestrado por el ERP en 1974 y muerto tras un
año de salvaje cautiverio.
La decisión fue
adoptada por el hasta hace poco jefe de la fuerza, almirante Jorge Godoy, luego
de recibir un informe de la
Junta Superior de Calificaciones referido al pedido de
reconsideración del caso que había presentado el marino sancionado.
Toulemonde
había sido pasado a retiro tras recibir un apercibimiento y sucesivas sanciones
a raíz de la descripta actitud de su esposa, Mónica Liberatori, en un hecho
ocurrido el 22 de diciembre de 2007.
No está claro,
aún, cuál será el destino del marino ni qué ocurrirá con un pedido de ascenso
que oportunamente la Armada
le había denegado.
Aunque tardía
en extremo y seguramente insuficiente para reparar el daño que Toulemonde y su
familia sufrieron durante estos últimos cuatro años, la resolución de la Armada no puede dejar de
ser elogiada, en especial porque se produce en momentos en que el Gobierno, y
de manera especial la titular del Poder Ejecutivo Nacional, tienen nula
tolerancia al disenso.
Voceros del
ministro de Defensa, Arturo Puricelli, dijeron que el de Toulemonde fue un tema
administrativo que la Armada
sustanció con sus tiempos y reglamentos, en tanto que desde la propia fuerza
coincidieron en que se trataba de un asunto interno.
Cuesta creer,
sin embargo, que el Poder Ejecutivo haya sido ajeno a todo el proceso que
comenzó en 2007, a
las sanciones y a la reciente rehabilitación de Toulemonde. En su momento, su
caso fue uno más de tantos en que se vieron envueltos militares que padecieron
la postergación de sus ascensos o fueron pasados a retiro por portación de
apellidos que no encajan con la sesgada visión del pasado del kirchnerismo o
inclusive por manifestaciones de sus cónyuges.
Corresponde
recordar que semejantes aberraciones no fueron entendidas por el Instituto
Nacional contra la
Discriminación (Inadi) como hechos que debieran motivar su
intervención de manera espontánea. Sí se pronunció ante una denuncia que le
presentó la jueza Elena Liberatori, prima de Mónica, y respondió que los
militares son responsables de cualquier persona, pariente o amigo, y por las
actitudes que ellos tengan.
Cristina Fernández
de Kirchner evidentemente no interpretó que en las Fuerzas Armadas se estaba
violentando la libertad de género y los derechos de la mujer por los que
reiteradamente dice estar muy interesada. Pero, por encima de todo, cabe
preguntarse: ¿por qué un hombre debería responder y hasta ser castigado por los
dichos de su esposa?
Por
convencimiento, por conveniencia política o por lo que fuere, el kirchnerismo
es responsable de mantener latente un pasado en el que miles de personas
perdieron la vida a manos de civiles y de militares, tornando así imposible el
cierre de heridas y la cabal integración de las Fuerzas Armadas a la sociedad a
la que pertenecen.
La acertada
decisión de quitar las sanciones a Toulemonde tal vez represente un paso en la
dirección correcta. De ser así, es de esperar que sólo haya sido el primero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario