Desmienten que el Gobierno bloquee la importación de libros
(20 de septiembre, Télam).- La Federación Argentina de la Industria Gráfica y Afines (FAIGA), que conducen Anselmo Morvillo y Juan Sacco, criticó por considerarla "tendenciosa y que afecta la imagen de la industria gráfica nacional", una nota aparecida en un matutino porteño, según la cual "el gobierno decidió bloquear el ingreso de libros importados".
"Hoy se publicó en un matutino porteño una reseña, de contenido tendencioso y que afecta la imagen de la industria gráfica nacional, en relación con la importación de libros. La FAIGA informa que la decisión en cuestión no prohíbe la importación de material, siempre y cuando se cumpla con la ley", explicó.
Los directivos indicaron que en esa publicación se sostuvo, entre otras cosas, que hay más de `un millón de libros paralizados en la frontera o a punto de embarcar` y que `el gobierno pone trabas aduaneras para que no se importe`, "lo que es erróneo", aseveró.
"La medida del gobierno solo consiste en aplicar reglamentaciones existentes. Todo producto importado es pasible de pasar por el llamado `canal rojo`, trámite que no implica prohibir la importación" del producto, explicaron los directivos.
Sacco, vicepresidente de la FAIGA , destacó que es "muy prudente" controlar de forma rigurosa toda importación realizada al amparo de aranceles de 0 por ciento y sin tributar Impuesto al Valor Agregado (IVA), como es "el caso de la importación de libros".
Esa posición respondió a la posibilidad de que la exención impositiva genere interés en quienes desean importar bienes sin ningún impuesto y sin que corresponda a los productos amparados por la exención fiscal total vigente exclusivamente para libros.
"Es falso también que la industria gráfica argentina no esté en condiciones de imprimir el 100 por ciento de los productos editoriales que se consumen. No sólo puede abastecer sino que tiene capacidad para exportar", aseguró Sacco.
Indicó que de esa forma ocurrió en el pasado, cuando la Argentina era uno de los primeros exportadores del área hispano-parlante.
Sobre el consumo de 76.000.000 de libros en 2010, 60.000.000 fueron importados, libres de todo impuesto, de China, Chile, Uruguay y Colombia, entre otros países, favorecidos por precios con elevado contenido de dumping social, ya que se percibe que esa forma de comerciar va en desmedro de la producción local.
"El objetivo de la Resolución 453/10, recientemente publicada y que no está aún vigente, es poner en un pie de igualdad al país con las regulaciones de otras naciones, sobre todo las del primer mundo, que juzgan lícito proteger a sus ciudadanos", afirmó.
La FAIGA negó de manera rotunda que estas normativas entorpezcan la importación de libros de cualquier parte del mundo, en "la medida que se cumpla con la norma nacional que la abarca".
La entidad aseguró que apoya de manera incondicional "las políticas proactivas industrialistas del gobierno nacional, que generan como consecuencia la creación de más puestos de trabajo".
Los directivos indicaron que en esa publicación se sostuvo, entre otras cosas, que hay más de `un millón de libros paralizados en la frontera o a punto de embarcar` y que `el gobierno pone trabas aduaneras para que no se importe`, "lo que es erróneo", aseveró.
"La medida del gobierno solo consiste en aplicar reglamentaciones existentes. Todo producto importado es pasible de pasar por el llamado `canal rojo`, trámite que no implica prohibir la importación" del producto, explicaron los directivos.
Sacco, vicepresidente de la FAIGA , destacó que es "muy prudente" controlar de forma rigurosa toda importación realizada al amparo de aranceles de 0 por ciento y sin tributar Impuesto al Valor Agregado (IVA), como es "el caso de la importación de libros".
Esa posición respondió a la posibilidad de que la exención impositiva genere interés en quienes desean importar bienes sin ningún impuesto y sin que corresponda a los productos amparados por la exención fiscal total vigente exclusivamente para libros.
"Es falso también que la industria gráfica argentina no esté en condiciones de imprimir el 100 por ciento de los productos editoriales que se consumen. No sólo puede abastecer sino que tiene capacidad para exportar", aseguró Sacco.
Indicó que de esa forma ocurrió en el pasado, cuando la Argentina era uno de los primeros exportadores del área hispano-parlante.
Sobre el consumo de 76.000.000 de libros en 2010, 60.000.000 fueron importados, libres de todo impuesto, de China, Chile, Uruguay y Colombia, entre otros países, favorecidos por precios con elevado contenido de dumping social, ya que se percibe que esa forma de comerciar va en desmedro de la producción local.
"El objetivo de la Resolución 453/10, recientemente publicada y que no está aún vigente, es poner en un pie de igualdad al país con las regulaciones de otras naciones, sobre todo las del primer mundo, que juzgan lícito proteger a sus ciudadanos", afirmó.
La FAIGA negó de manera rotunda que estas normativas entorpezcan la importación de libros de cualquier parte del mundo, en "la medida que se cumpla con la norma nacional que la abarca".
La entidad aseguró que apoya de manera incondicional "las políticas proactivas industrialistas del gobierno nacional, que generan como consecuencia la creación de más puestos de trabajo".
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