HESURMET S.A

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miércoles, 20 de julio de 2011

Miércoles 20 de julio de 2011

CONMEMORACIÓN

DE LA MASACRE DE NAPALPÍ

Se cumple un nuevo aniversario de la masacre genocida que mató a 200 indígenas en Chaco a principios del siglo pasado.

(ANNPI) Poco recordada en la historia oficial, hace 84 años un grupo de policías masacraba alrededor de 200 tobas y mocovíes en Napalpí. No perdonaron a ancianos, mujeres y niños. A los hombres les cortaban el pene. A las mujeres los pechos. La población indígena se quejaba por la explotación laboral que traía el mercado del algodón.

A 120 kilómetros de la capital chaqueña, Resistencia, los trabajadores indígenas se declararon en huelga. Los reclamos y denuncias de maltratos se extendieron. La ciudad de Napalpí resistió durante varios días y el entonces gobernador Fernando Centeno prohibió a todos los indígenas salir de Chaco.

Con la excusa de una revuelta, el día anterior se dio la orden de masacrar y traer como trofeos los órganos humanos. Unos 130 policías de la ciudad de Quitipili –el mismo lugar donde luego se exhibieron los restos de los asesinados– fueron hasta Napalpí a exterminar en 45 minutos a más de 200 indígenas.

A más de ochenta años de la masacre, no hay actos que recuerden la historia de la matanza.

MOCOVÍES DE SANTA FE

DENUNCIAN AMENAZAS

En medio de la movilización general de los pueblos originarios situados en Santa Fe por la visita de la Presidenta, una comunidad revela intimidaciones.

ANNPI)
En la comunidad mocoví de Kalylapa, ubicada en localidad de Murphy en Santa Fe, sus dirigentes recibieron amenazas de muerte: les dijeron que iban a desaparecer a sus hijos. “La amenaza fue concreta para la dirigente central: ‘cuidado, le puede pasar algo’. Le dijeron que no se reúna con otras comunidades. La intimidaron diciéndole que le podía pasar algo a sus hijos’”, declaró el coordinador del centro mocoví Ariel Araujo.

La denuncia fue radicada en los tribunales provinciales de Santa Fe. La comunidad Kalylapa pelea por la personería jurídica y por ocupar unas tierras que fueron cedidas por el municipio de Murphy en el año 1993. “Son cinco hectáreas para desarrollar un proyecto de viviendas. Ya está firmado con el municipio desde hace mucho tiempo. Lo que pasa es que quieren hacer su propio barrio y hay también una empresa agrícola con intenciones de hacer su negocio”, explica Araujo.

“El pueblo Mocoví es una parte muy importante del electorado en Santa Fe y mucho más particularmente en la ciudad de Murphy, que tiene gran población indígena. Mañana intentaremos movilizarnos para mostrar nuestra situación y reclamar el relevamiento territorial que le corresponde a Santa Fe”.

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