Jueves 8 de julio de 2010
Macri: "Nombré a Palacios 'por recomendación expresa de la CIA y el Mossad'"
Debe ser enjuiciado y destituido, por agente de Estados extranjeros.
Por Jorge Altamira
La Nación del domingo 4 de julio menciona que en una reunión con dirigentes de la Amia y la Daia, Mauricio Macri, el jefe de Gobierno de la Ciudad, les comunicó que Fino Palacios “fue designado en su cargo ‘por recomendación expresa de la CIA y el Mossad”.
En un comunicado de la Agencia Judía de Noticias, se añade que ese nombramiento fue “encomendado” también por la DEA, la agencia de combate al narcotráfico del gobierno de Estados Unidos. Numerosas fuentes de información le asignan a la DEA una colusión con el narcotráfico.
Los vínculos entre Fino Palacios y el Mossad y la CIA no constituyen una novedad. La novedad ahora es que Macri anuncia que una decisión de Estado le fue indicada por servicios de inteligencia de Estados extranjeros. Este hecho lo convierte en un agente no registrado de esos Estados. A partir de esto, el proceso judicial que se le ha iniciado por el espionaje ejercido por Ciro James y Palacios se convierte en un caso de espionaje al servicio de potencias extranjeras. Macri se encuentra en una situación cualitativamente peor que la del gobernador de Tucumán, Alperovich, que ha contratado al Mossad para entrenar a la policía provincial: Macri ha seguido “recomendaciones expresas”.
Estados Unidos, en dos acciones al hilo, puso bajo el rubro de “agentes no registrados de un Estado extranjero” a un grupo de venezolanos y a un uruguayo, vinculados con el asunto de Antonini Wilson y, recientemente, a una supuesta red a la que acusa de espiar para Rusia (aunque hay fundadas sospechas de que se trata de una presión para que Moscú limite su colaboración con Chávez).
Macri se encuentra en la misma situación, con el agravante de su condición de jefe de Gobierno. Macri se confesó ante un sector de la comunidad judía con la finalidad de que ésta ejerza una presión sobre la Cámara que debe evaluar el fallo de Oyarbide contra Macri y para neutralizar los reclamos de otro sector de esa comunidad, que está liderado por Sergio Burstein, espiado por James y Palacios. Ocurre que, además, Burstein ha acusado a Palacios de una tarea de encubrimiento del atentado terrorista contra la sede de la Amia. Por carácter transitivo, la CIA y el Mossad aparecen apadrinando ese encubrimiento. La crisis que esto ha desatado entre la colectividad judía no podría ser más explosiva; esto porque el servicio secreto de Israel queda denunciado como cómplice de la falta de esclarecimiento de un hecho criminal que se cobró la vida de numerosos judíos inocentes y que destruyó el edificio símbolo de la acción cultural y social de la comunidad judía en Argentina apenas después del inicio del siglo XXI. Cuando faltan dos semanas para la conmemoración del aniversario de ese atentado, la confesión de Macri tiene todas las características de un escándalo oprobioso, que debe ser seguido por su destitución inmediata y la condena judicial respectiva.
Naturalmente, la infiltración de la CIA y el Mossad en el gobierno de la Ciudad –nada menos que a través de su Primer Magistrado y candidato a la Presidencia de la Nación– tiene un alcance político mayor, pues desnuda la política de apoyo político de los K a la preparación de un ataque militar israelo-norteamericano contra Irán. Los K no han abierto aún los archivos de la Side sobre el atentado; la Corte ha clausurado la investigación sobre otro atentado terrorista –contra la Embajada de Israel–.
Esta complicidad objetiva entre los K y Macri es el principal obstáculo a vencer para que se produzca la destitución de Macri y para que se investigue la infiltración de la CIA y el Mossad en los organismos del Estado, algo que a los K sólo les preocupa cuando se trata de un investigador que hurga en el Ministerio de Economía para encontrar datos que refuten las mentiras del Indek.
La infiltración de la CIA en otros Estados a través de funcionarios o gobernantes es larga y conocida. Sólo por citar antecedentes recientes: Iyad Allawi, el primer ministro iraquí “instalado” por Estados Unidos en 2004, era un reconocido agente de la CIA.
En Perú, Vladimiro Montesinos –el “Fino” Palacios (jefe de Seguridad) de Fujimori– nunca cesó de trabajar para la CIA durante el tiempo en que ocupó funciones públicas. La actuación de Macri por cuenta y orden de la CIA y del Mossad convierte al jefe de gobierno en un Allawi o Montesinos, o sea en un agente o vehículo de Estados extranjeros. La confesión de Macri destruye su versión de que no estaba en condiciones de controlar un nombramiento en el Ministerio de Educación – como se defendió contra la acusación que lo liga a Ciro James. Pero el funcionario que Macri reconoce como propio –Fino Palacios– desarrolló a través del Estado una red de espionaje, habiendo sido “recomendado” por otros servicios de espionaje extranjeros.
En las vísperas del 19 de julio, la comunidad judía debe acompañar el reclamo de la destitución de Macri, la apertura de los archivos de la Side y la destitución de las autoridades de la Daia cómplices de Macri. Los judíos argentinos no pueden soslayar este desafío so pena de convertirse en cómplices por omisión. No existe forma peor de antisemitismo que la complicidad con los funcionarios ‘recomendados’ que están acusados por embarrar las pistas que podrían clarificar el atentado contra la Amia.
La Legislatura viene demorando el tratamiento del juicio político a Macri, con el argumento de que “debe pronunciarse primero la Justicia”. El procesamiento de Macri, apelado en primera instancia, se encuentra ahora en manos de la Cámara de Casación, que podría tardar meses en expedirse. La Coalición Cívica, por boca de Carrió, ya anticipó que no hará olas hasta entonces. El kirchnerismo también se ha llamado a silencio. Quizá porque la acción conspirativa de sus propios “servicios” está a la vista, o por sus propios vínculos políticos con los “inspiradores” de Fino Palacios; o sea, el Departamento de Estado yanqui y el gobierno de Israel. La primacía de un fallo judicial sobre la decisión parlamentaria es un sofisma, en especial de parte de una institución que no esperó al fallo por Cromañón para destituir a Ibarra. Si la Legislatura y el Congreso no proceden a destituir a Macri, se convierten de inmediato en cómplices de Estados extranjeros y sus servicios de inteligencia, y susceptibles, por lo tanto, de una complicidad culposa con el delito de “traición a la Patria”.
EL REAJUSTE DE GANANCIAS EN SÓLO EL 20% ES OTRA CONFISCACIÓN AL SALARIO
Néstor Pitrola declaró: “Después de dos años sin tocar el mínimo no imponible de ganancias sobre los salarios, el gobierno kirchnerista lo elevó en un 20%, menos de la mitad de la inflación del período.
Se trata de una confiscación que llegó a involucrar un millón y medio de trabajadores. Aunque ahora baje ese número, con los meses se irá incrementando con las cuotas de los aumentos firmados en las paritarias.
La CGT de Moyano había pedido un reajuste del 60%, lo cual es lógico porque estamos hablando de la inflación pasada y la futura, de los reajustes salariales pasados y de los futuros de los próximos dos años. Pero ahora fue a recibir la noticia dócilmente, de la misma manera que aceptó dócilmente el tope de aumento para su gremio de 24%, uno de los más bajos del movimiento obrero. De la misma manera que dice que no hay plata para pagar el 82%, cuando la Anses usa sus fondos para la deuda externa y los subsidios a los capitalistas.
Digamos basta al impuesto al salario. Tenemos que realizar asambleas fabriles, plenarios de delegados con mandato y asambleas de gremio para rechazar esta estafa y salir a luchar por la defensa de los aumentos conquistados en la lucha que hoy nos roban para pagar deuda externa”.
Néstor Pitrola
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