HESURMET S.A

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miércoles, 30 de marzo de 2016

Aprenden sobre el cuidado del medio ambiente mientras construyen una casita de botellas


Para el Jardín n° 904 “Gabriela Mistral” de la localidad de Cacharí, la enseñanza del cuidado del medio ambiente es una preocupación sobre la que actúan desde ya hace algunos años.

Alumnos, docentes y directivos llevan adelante un proyecto educativo denominado “Diciendo y Haciendo”, en el que diseñaron una propuesta didáctica que permite la articulación entre la indagación del medio ambiente y el juego en construcción. Y es precisamente de esta conjunción de concientización y acción que resultó la novedosa Casita de Botellas.

La casa armada con botellas plásticas, rellenadas con material reciclable, fue confeccionada, luego de que este Jardín de Infantes fuera invitado a una jornada coordinada por la Organización Mundial para la Educación Preescolar (OMEP), cuya  temática en esa oportunidad fue reflexionar sobre el ambiente natural.

Ese fue el disparador para que el equipo de docentes de la mencionada institución diseñara el proyecto “Diciendo y Haciendo”.

En la original construcción se involucró a los niños de las salas de cinco años, de los dos turnos.  A ellos se sumaron padres y vecinos de la comunidad y fue así que los más pequeños realizaron una visita a la radio local, donde dieron difusión a su tarea y también se acercaron al Hogar de Ancianos “Alejandro Lencioni”, para pedirle a los abuelos ayuda a construir la casita de botellas.

Nancy Elichiri, Directora del Jardín de Infantes  n° 904,  contó que “el proyecto nos dio muchos reconocimientos y lo más importante es lo que logramos a nivel de participación de la comunidad”.

“Creo que es importante destacar que nuestro jardín es el único de nivel inicial de todo la comunidad, desde el año 1956 cuando fue creado. Por eso, el Jardín está muy arraigado en la comunidad. Cada proyecto que hacemos, cada proyecto que emprendemos lo damos a conocer y siempre tenemos muy buena repercusión y acompañamiento”, explicó.

La participación de toda la comunidad educativa cobró una singular relevancia, ya que uno de los vértices del proyecto fue integrar a los vecinos en el emprendimiento -que demandó varios meses de trabajo- y crear conciencia general sobre el imprescindible cuidado del planeta a través del trabajo conjunto.
Hoy, los niños del Jardín Gabriela Mistral, juegan todos los  días en la Casita de Botellas y también se centran en otros propósitos que continúan la línea del reciclado como base en la de la casita.

“En este momento se va incorporando el mobiliario, utilizando material descartable, mientras que con los nuevos alumnos del jardín se hicieron sillones con botellas y sillas con mesas de maderas en desuso”, dijo Nancy Elichiri.

A la casita de botellas, como a cualquier casa en la que vive cada uno de los niños, la continúan con la incorporación de juegos, maceteros confeccionados con  neumáticos, botellas y cajones de verduras y, por supuesto, flores.

En el período de adaptación de los recién llegados al jardín, la casita de botellas es el lugar que se utiliza habitualmente para integrar, para contener. Y, cómo no, para seducir a los que empiezan su camino educativo cuando se sueltan de las polleras y pantalones de los mayores e ingresan a un mundo de enseñanza, creatividad e imaginación.

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