Miércoles 16 de noviembre de 2011
La escalofriante historia de Safia,
una “esclava sexual” de Khadafy
El líder libio la raptó a los 15 años;
la violó, la golpeó y la obligó a tomar drogas; en 2009 logró escapar
disfrazada de anciana.
PARÍS. (La Nación ).- Una joven libia
de 22 años reveló que durante cinco años integró el harem personal de Muammar
Khadafy, después de ser "reclutada" a la fuerza por el líder libio, a
quien según su relato también le gustaba mantener juegos sexuales con hombres.
La mujer le contó
al diario francés Le Monde que
fue elegida para integrar el harem de Khadafy, quien la violó y abusó de ella,
la golpeó y obligó a tomar drogas durante cinco años, hasta que en 2009 logró
huir hacia el exterior disfrazada de anciana.
Safia, como fue
identificada la joven, nació en el este de Libia, pero a los 9 años se instaló
con su familia en Sirte, ciudad natal y feudo del ex dictador. En 2004, cuando
tenía 15 años de edad, fue elegida para entregarle un ramo de flores al
dictador durante una visita en su escuela.
"Para mi
era un gran honor, lo llamaba 'papá Muammar' y tenía la piel de gallina",
contó la joven que recordó como Khadafy se detuvo frente a ella, puso su mano
sobre su hombro y le acarició lentamente el cabello: luego se enteró que ese
gesto estaba en realidad dirigido a sus guardaespaldas, para indicarles que
quería a esa mujer.
Al día
siguiente, tres mujeres de uniforme se presentaron en la peluquería donde
trabajaba su madre y le dijeron: "Muammar quiere verte, quiere darte unos
regalos". La adolescente las siguió sin chistar: "¿Cómo sospechar de
algo? Era nuestro héroe, el príncipe de Sirte", indicó Safia.
Khadafy recibió
a la quinceañera en una de sus carpas beduinas, le dijo que de ahora en
adelante viviría con él, le hizo promesas ("tendrás todo lo que quieras: casas,
autos...") y la entregó a una de las tres mujeres uniformadas que pasaron
a buscarla para que la preparara para sus nuevos deberes.
Rápidamente
Safia comprendió que las tres mujeres -Salma, Mabruka y Feiza- estaban
encargadas de mantener y administrar el harem del dictador: a la muchacha le
dieron lencería sexy, le enseñaron a bailar, así como a cumplir con "sus
otros deberes".
Durante tres
días, Khadafy convocó a Safia sólo para verla bailar para él, mirándola sin
tocar, pero le anunció a la joven: "Tu serás mi prostituta". A la
cuarta cita, el dictador la violó, y como se resistió e intentó huir primero la
golpeó y luego llamó a Mabruka y Salma para que intervinieran: las mujeres le
propinaron una paliza para someterla y Safia comprendió su nuevo destino:
"Me había vuelto su esclava sexual, y él me violó durante cinco
años".
Es así que la
joven fue transportada a Trípoli e instalada en un ala especial de Bab
Al-Azizia, el bunker de Khadafy en las afueras de la capital libia, donde
descubrió que "en el mismo piso donde estaba ella, en una habitación
minúscula, se encontraban permanentemente una veinte chicas, la mayoría entre
los 18 y los 19 años, reclutadas por lo general por las mismas tres
mujeres".
Las chicas del
harem debían estar siempre disponibles para el dictador, que se cansaba
fácilmente de ellas y reclamaba nuevas reclutas, aunque reclamaba a Safia dos o
tres veces por semana, y era "siempre sádico y violento". El diario
aseguró que la joven tiene "moretones, mordidas y cicatrices en los
senos". Una de las enfermeras ucranianas del líder libio, Gala, demostró
ser su "única amiga".
"Para
Muammar, las chicas eran simples objetos sexuales, que podía pasar a otros
luego de que él las había probado", contó Safia. Y recordó cómo el
dictador organizaba fiestas para invitados extranjeros y a veces había líderes
africanos que aprovechaban ellos también de las chicas de su harem, así como de
varones, ya que el ex dictador mantenía relaciones sexuales también con ellos.
Para evitar
problemas con sus hijas, Khadafy solía hacerse llevar las chicas a su palacio
en las afueras de Trípoli, donde desde su jacuzzi, exigía masajes y juegos
eróticos. Safia contó que la obligó a tomar whisky y cocaína, una droga que le
encantaba al dictador, que pasaba días enteros "bajo el influjo de la
sustancia y sin dormir".
La familia de Safia
se enteró del triste destino de la hija y en 2009 el padre, aprovechando una de
las raras visitas que Khadafy autorizaba a la chica, la disfrazó de anciana y
logró hacerla subir a un avión que partía hacia Francia, gracias a un amigo que
trabajaba en el aeropuerto de Trípoli.
"Cuando vi
el cadáver de Khadafy expuesto a la multitud tuve un breve momento de placer,
pero luego sentí un gusto muy feo en la boca", contó la joven, y explicó
que hubiera preferido que el dictador fuera detenido y procesado, "porque
quería enfrentarlo y preguntarle: ¿por qué? ¿Por qué me hiciste esto? ¿Por qué
me violaste, me pegaste, me drogaste y me insultaste? ¿Por qué me enseñaste a
beber y a fumar? ¿Por que me robaste la vida?"
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