HESURMET S.A

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miércoles, 5 de octubre de 2011


Miércoles 5 de octubre de 2011
 
En cinco años se instalaron 90 nuevas
villas en el Conurbano y ya suman 864
 
Cerca de medio millón de familias viven en los 864 asentamientos del conurbano, según un estudio de la ONG "Un Techo para mi País". Este crecimiento representa un 16% más de las que había hace diez años. La Matanza y Quilmes, los municipios donde más villas hay.
 
( La Política Online ).- Gran Buenos Aires, 508.144 familias, 864 villas y asentamientos. Empezar por las cifras es dar forma a eso que muchos prefieren no mirar. Poner el foco sobre algo que de tan visible se vuelve invisible, o se invisibiliza, un término que no aparece en los diccionarios pero que es cada vez más recurrente. Ayer, la ONG “Un techo para mi país” presentó el primer relevamiento sobre villas y asentamientos del Gran Buenos Aires. Un tema sobre el que, hasta ahora, había muy poca información. Y que es fundamental para desarrollar programas que apunten a generar igualdad de oportunidades.

Para hacer este trabajo recorrieron los 30 partidos que constituyen la aglomeración metropolitana más importante del país: es la superficie que concentra casi un cuarto de la población, y que produce la mayor parte de su actividad económica.

“Llamamos villa a las conformaciones altamente hacinadas, en las que casi no hay calles sino más bien pasillos, con crecimiento hacia arriba y que son más difíciles de urbanizar. Mientras que los asentamientos respetan la trama, cierto lineamiento de calles, lotes y espacios destinados para actividades o servicios”, define Agustín Algorta, Director Social Nacional de UTPMP. Mientras que en el primer cordón del conurbano la proporción de villas y asentamientos es pareja (55,1% y 44,9%, respectivamente), entre el segundo y el tercero predominan los asentamientos. El partido que más tiene es La Matanza : 156.

El proceso de expansión hacia los anillos periféricos de la Ciudad se acentuó entre los años 30 y 40 del siglo pasado alrededor de la traza de los ferrocarriles. Pero, aunque el 66,3% de las villas y asentamientos se conformó hace más de 15 años, en el 65,4% se sigue construyendo. “Tras la crisis de 2001 se registró un período de reactivación económica que fue acompañado por la implementación de programas de vivienda dirigidos a los sectores populares. Aún así, durante la década 2001-2011 se evidencia un crecimiento significativo de asentamientos nuevos (16,7%) y un fuerte proceso de aumento de la población (55,6%) en los que ya estaban”, señalan en el informe.

En cuanto a la composición, en el 68,1% de las urbanizaciones informales conviven grupos migratorios provenientes del interior del país. Y en el 82,8% hay grupos migratorios de países limítrofes. “A medida que las familias desarrollan nuevos núcleos, permanecen en el mismo terreno”, explica Algorta. Sólo el 17,5% de las nuevas generaciones se mudan a una vivienda fuera del barrio, lo que no necesariamente significa el cambio a una urbanización formal.

“La persistencia de las villas y asentamientos informales en el Gran Buenos Aires no hace más que evidenciar el gran déficit en relación al acceso a servicios e infraestructura urbana adecuada por parte de los diferentes sectores de la sociedad. La escasa oferta de tierras aptas para el desarrollo residencial dotadas de una infraestructura de servicios sumada a una política de vivienda insuficiente contribuye a que se sigan desarrollando procesos informales”, señala María Laura Raffo, una de las responsables del estudio. Según muestran los datos de la encuesta, sólo en el 16% de las urbanizaciones informales se han implementado programas de vivienda por parte del Estado. La mayoría, entre 2009 y 2010.

El 52,4% de las villas y asentamientos se levantan sobre tierras fiscales y el 22,9% en tierras privadas. Un 35,3% está sobre lechos de arroyos o ríos, el 33,6% cerca de caminos de alto tráfico y el 21,9%, de basurales.

En el 85,2% de los casos no cuentan con redes cloacales, que se suplen con pozos ciegos (34,1%) o con cámara séptica (20%). Y el 79,9% no cuenta con desagües pluviales, lo que produce anegamientos constantes o la presencia de aguas estancadas, que favorecen el desarrollo de infecciones o enfermedades.

En cuanto a los servicios públicos, el 83,4% no tiene acceso a la red de gas y deben recurrir al envasado (garrafas), muchísimo más caro que el servicio público subsidiado. Y un porcentaje pequeño tiene acceso a las redes públicas de agua potable y electricidad.

El 84,3% de las villas y asentamientos cuenta con una escuela primaria pública a menos de diez cuadras, porcentaje que se reduce al 57,6% para el nivel secundario, una situación que influye en el grado de deserción escolar y repitencia para este nivel. Si bien en el 67,7% de los casos se puede acceder a un centro de atención primaria en ese radio, únicamente el 7% tiene un hospital cerca.

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